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¿Cómo evitar el mantenimiento reactivo?

Sencillamente, no se puede. El mantenimiento reactivo es tan antiguo como el propio mantenimiento, y existirá mientras exista el mantenimiento. (Lo que probablemente sea para siempre, así que es como una enfermedad crónica con la que hay que aprender a vivir). Pero esto no debería impedirte intentar reducir el mantenimiento reactivo al mínimo. El funcionamiento “hasta que se averíe” no sólo conlleva costes elevados, sino también un montón, un montón de downtime no planificado.

Seguro que has oído alguna vez que el objetivo debe ser “un 80% de mantenimiento preventivo y un 20% de correctivo”, y eso es un buen comienzo. Sin embargo, el mantenimiento centrado en la fiabilidad establece objetivos más ambiciosos. Da prioridad al mantenimiento predictivo (45-55% del total), seguido del preventivo (25-35%) y no más del 10% del reactivo. Te preguntarás: ¿será realista?

Sí y no. No, porque no puedes alcanzar estos parámetros si sigues haciendo lo que siempre has hecho. Locura es intentar lo mismo dos veces y esperar resultados diferentes, aunque -dato curioso- Einstein nunca lo dijera. Y sí, porque puedes mejorar tu estrategia de mantenimiento con la IA, que es tu segundo cerebro, tu calendario y tu asistente personal, todo en uno. 

Trataremos algunas estrategias de eficacia probada para reducir el downtime y el mantenimiento reactivo, y explicaremos cómo la tecnología las complementa a la perfección. Estamos seguros de que, con el conjunto de herramientas adecuado, podrás mejorar y seguir las mejores prácticas del sector.

¿Cuáles son las causas del mantenimiento reactivo?

Antes de lanzarnos a esta tarea, queríamos entender qué provoca el mantenimiento reactivo. Así que nos propusimos investigar las principales causas del downtime no planificado. Según un estudio de 2017 publicado por Limble, las principales razones del downtime no planificado son:

El mismo estudio señala que los gestores planeaban reducir el downtime con actualizaciones de los equipos (61%), mejora de la formación (49%), nuevas estrategias preventivas (48%) y ampliación de la monitorización (42%). Estas tácticas parecen responder, una a una, a las cuatro primeras causas que hemos nombrado anteriormente.

Un estudio realizado en 2020 por Plant Engineering, centrado en el mantenimiento industrial, apuntaba a un escenario similar. Las principales causas del downtime no planificado eran:

Ahora que sabemos cuáles son las causas del downtime imprevisto, por fin podemos enumerar estrategias que no son una “receta genérica” y abordan retos específicos. Te animamos a que analices qué es lo que desencadena el mantenimiento reactivo en tus propias instalaciones para entender cuáles de ellas son más valiosas para ti.

Cómo reducir el downtime de 8 formas distintas

“Enterrar a los muertos, alimentar a los vivos”. Es una frase atribuida al Marqués de Pombal, después de que el terremoto de 1755 causara grandes daños en Lisboa. Eso es más o menos lo que hacemos ahora con el mantenimiento reactivo: cuando se produce una avería, estás luchando contra el fuego, intentando salvar lo que puedes. No hay tiempo para pensar, sólo para actuar. Pero cuando las cosas se calman, ¿cómo puedes garantizar que no volverá a ocurrir?

Para el Marqués, eso significó lanzar una investigación a escala nacional tres años después del terremoto. También supervisó la reconstrucción del centro de Lisboa y lo hizo resistente a los terremotos por primera vez. Hoy ya no vivimos en el siglo XVIII, así que tenemos que actuar un poco más rápido. Pero el principio es correcto. Una vez que se ha producido un fallo, hay que analizar la causa raíz para entender qué lo desencadenó. De lo contrario, no podrás corregir lo que está mal y evitar que vuelva a ocurrir.

Dado que el envejecimiento de los equipos es la causa de mucho downtime no planificado, es importante estudiar el ciclo de vida del activo. El ciclo de vida de un activo es el recorrido completo desde que se pone en funcionamiento hasta que se desecha. Cuando son nuevos, los activos tienden a fallar mucho– piénsalo como “dolores de crecimiento”–, pero la tasa de fallos tiende a estabilizarse con el tiempo. Cuando vuelve a aumentar, es señal de que el activo está llegando al final de su vida útil y hay que decidir si revisarlo o sustituirlo.

Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. A muchos gestores les sigue resultando difícil decidir, y eso se debe principalmente a que no disponen de suficientes datos de calidad. Cuando se dispone de una plataforma inteligente de mantenimiento, los gestores pueden integrar varios activos y recopilar datos que, a su vez, les permiten validar una hipótesis. Creemos que la gestión del ciclo de vida de los activos es una pieza importante del rompecabezas del mantenimiento centrado en la fiabilidad.

Hay un viejo refrán chino que dice: “Un pequeño agujero no reparado a tiempo se convertirá en un gran agujero mucho más difícil de reparar”. Y si eso no es una frase sabia, entonces no sabemos qué lo es. El mantenimiento preventivo en el momento adecuado puede evitar problemas graves más adelante, así que ¿por qué los directivos siguen mencionando la “falta de mantenimiento” como motivo del downtime no programado?

Sabemos que no es sólo una cuestión de tiempo, porque éste es otro motivo. Así que lo más probable es que se trate de una falta de planificación. Y ahí es donde entra en juego la inteligencia artificial. Con una plataforma inteligente de mantenimiento (PIM), puedes automatizar los flujos de trabajo (incluido el trabajo de los técnicos, las listas de materiales, los proveedores) y recibir alertas si falta un plan para un activo concreto. Esto no sólo te ahorrará tiempo, sino que también detectará los activos sin plan de mantenimiento preventivo asociado.

Ya que hablamos de optimizar el mantenimiento con software, no olvides proporcionarle a tu equipo las herramientas adecuadas. El error humano, o el fallo del técnico, es una de las principales causas del downtime no planificado, por lo que debes abordar esta cuestión. Es importante que el técnico tenga a mano órdenes de trabajo claras, así como manuales, documentos y normativas.

Utilizar un software de gestión del mantenimiento puede ser una solución adecuada, ya que puedes reunir toda la información en una única plataforma y permitir que todo el mundo tenga acceso a ella. En Infraspeak, nos gusta ir más allá con nuestra aplicación Gatekeeper, que aumenta la concienciación de los usuarios sobre los riesgos y promueve el cumplimiento de la normativa. Un buen mantenimiento y la seguridad siempre van de la mano.

Proporcionar las herramientas necesarias no es ni mucho menos la única estrategia a la que recurrir cuando se trata de reducir los errores de los técnicos. La mayoría de los directivos están de acuerdo en que es importante formar al personal, y a veces no hay que ir muy lejos para encontrar una solución. Puedes unir fuerzas con técnicos cualificados para impartir formación o entrenamiento profesional.

Puede ser una buena idea ofrecer esta formación extra a través de sesiones de microaprendizaje. En lugar de charlas de horas y horas, céntrate en un tema cada vez. Según el Journal of Applied Psychology, este método es un 17% más eficaz que los cursos más largos, entre otras ventajas. También puedes grabar estas sesiones de microaprendizaje para utilizarlas en el futuro o para revisar.

El mantenimiento reactivo puede evitarse concienciando al personal sobre el mantenimiento. Todas las personas que trabajan en la organización, incluso las que no forman parte del equipo de mantenimiento, deben ser capaces de detectar fallos y notificarlos. Por ejemplo, todo el mundo debe ser capaz de reconocer que un ruido inusual durante el funcionamiento de una máquina puede indicar una posible avería.

La práctica de implicar a todos en el mantenimiento se conoce como mantenimiento productivo total (TPM). Si los empleados también aprenden a resolver pequeños problemas frecuentes, se trata de mantenimiento autónomo. En cualquier caso, el simple hecho de enseñar al personal a comunicar los problemas relevantes puede bastar para resolverlos antes de que se produzca una avería.

Gran parte de los directivos piensan que el tiempo no está de su lado. Si piensas que la “falta de tiempo” es el motivo de las paradas no programadas en tus instalaciones, la palabra clave es “priorizar”. Cuando los supervisores (o los propios jefes, cuando se trata de un equipo más pequeño) programan el trabajo de la semana, deben tener en cuenta los datos de las órdenes de trabajo, es decir, el número medio de horas que se tarda en completar una tarea. A continuación, deben priorizar en función de la importancia y el estado del activo, teniendo en cuenta los recursos disponibles.

Sin embargo, las cosas no siempre salen según lo previsto. El calendario debe actualizarse a diario para tener en cuenta los trabajos inacabados y los equipos que necesitan reparación. Como sabes que esto va a ocurrir, deja un margen para el mantenimiento reactivo cuando estés planificando. De este modo, no te retrasarás en tu plan de mantenimiento preventivo, lo que sólo conduciría a más trabajo reactivo en el futuro.

La ley de Pareto y el principio 80/20

Según la ley de Pareto, el 80% del beneficio procede del 20% del trabajo. Si lo invertimos y consideramos que el mantenimiento reactivo es “el beneficio”, significa que el 20% de los fallos de los equipos son responsables del 80% de las paradas. O, en otras palabras, que el 20% de tu maquinaria es responsable del 80% del downtime.

Ten en cuenta que esto es sólo una regla general. Tu proporción puede cambiar, y puede ser incluso inferior al 20%. ¡Sólo los datos lo dirán! La idea es que una parte relativamente pequeña de tus activos es responsable de la mayoría de los fallos, y debes dar prioridad a sus planes preventivos o basados en la condición.

*Formación recibida por el personal de mantenimiento

Conocimientos mecánicos básicos
77%
Seguridad
71%
Conocimientos básicos de electricidad
70%
Lubricación
51%
Motores, engranajes, rodamientos
50%
Fontanería básica/tuberías
49%
Mantenimiento predictivo
40%
Lectura de planos
39%
Soldadura y fabricación
37%
Sistemas hidráulicos
35%
GMAO, registro de datos, etc.
33%
Calibración
31%
Operaciones de proceso
31%
Programación de equipos/sistemas
30%
Tecnología de parada de máquinas
23%
Otros
4%
Ninguno
6%

Cuando se producen fallos: ¿cómo reducir el MTTR?

Nada es 100% infalible. Los fallos ocurren, y cuando ocurren es bueno tener un plan. Hemos decidido incluir algunos consejos adicionales para reducir el tiempo medio de reparación (MTTR) y asegurarnos de que no pierdes tu valioso tiempo realizando mantenimiento reactivo.

Informes más rápidos

Hay una razón por la que se llama "hasta que se averíe". Cuanto más rápido reacciones, mejor. Pero eso sólo es posible si agilizas la elaboración de informes. Infraspeak Direct, por ejemplo, permite a los miembros del personal y a los clientes informar de fallos. A su vez, puedes asignarlos al técnico adecuado más cercano.

Automatizar la asignación de técnicos

Las averías deberían asignarse automáticamente al técnico más adecuado sin demasiado trabajo administrativo. Por ejemplo, cuando se produce una avería en un circuito eléctrico, debería asignarse automáticamente y sin problemas a uno de tus electricistas. Si es en el sistema de agua, debería asignarse a un fontanero, y así sucesivamente. La IA puede automatizar los flujos de trabajo, y sólo tienes que validar la sugerencia.

Planear para el fracaso

Benjamin Franklin dijo que “si fracasas al planear, estás planeando fracasar”. Estamos de acuerdo con él. Y, si eres gestor o empresario, te encontrarás con variaciones de esta cita de vez en cuando. Sólo hay una cosa que la gente olvida mencionar: la planificación para el fracaso. Los gestores de mantenimiento de éxito no planifican sólo para el éxito, porque no tienen la osadía de pensar que los fracasos no volverán a producirse. Si quieres reducir tu MTTR, debes crear planes sólidos de gestión de incidencias. Define quién es responsable de qué, ten preparados los contactos de emergencia y elabora un plan de contingencia que garantice la seguridad de todos mientras tanto. Los fallos y las averías no son el momento adecuado para la improvisación, al menos si quieres resolverlos rápidamente.

Piezas intercambiables

Dado que las reparaciones requieren un gran inventario, ¿cómo puedes optimizarlo? Muy sencillo. Elige equipos con piezas intercambiables (mismo lubricante, boquillas, válvulas, etc.). De esta forma, es más fácil estar seguro de que tienes lo que necesitas para las reparaciones frecuentes sin tener que llevar un inventario interminable. De hecho, apostamos a que ya tienes piezas de equipos compatibles con otras. Te recomendamos que utilices listas de materiales de ingeniería (BoM) para encontrar rápidamente piezas intercambiables. Una vez hecho esto, puede que descubras cosas que has estado adquiriendo dos veces, así que todos salen ganando.

Mejorar la accesibilidad

¿Recuerdas cuando decidiste guardar algo en el almacén y te pasaste toda una tarde buscándolo cuando lo necesitabas? Lo mismo puede pasar con tu equipo. Asegúrate de que los equipos y las herramientas sean accesibles para reparaciones inmediatas y ten en cuenta la logística.

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