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El cuidado con el medio ambiente no es algo “bonito de tener” (extras) sino “imprescindible” (una necesidad). La sostenibilidad es una exigencia de los clientes, los gobiernos y el reloj interno del planeta. Según el Climate Clock, tenemos unos 7 años para evitar que la temperatura suba 1,5ºC.
Si eso no parece tan grave (al final, ¿qué sentido tiene mantener el aire acondicionado?), la NASA advierte que es suficiente para poner en peligro el hábitat del 6% de los insectos, el 8% de las plantas y el 4% de todos los vertebrados. Aun así, este es uno de los escenarios más alentadores.
Si la temperatura aumenta aún más –a este ritmo, podría aumentar hasta 4°C en 2100– algunas ciudades costeras en España -o partes de ellas- podrían desaparecer. Una gran parte del país, además, se vería afectado por la sequía. Pero por ahora, dejémonos de escenarios apocalípticos. ¿Qué podemos hacer durante estos 7 años?
Vamos a establecer nuestro punto de partida:
Así que no hace falta mucho esfuerzo para darse cuenta de que los villanos son… ¿los edificios? Bueno, como los edificios no se construyen ni funcionan solos, en realidad el problema somos nosotros. Así que le toca al Facility Management rectificar los problemas de los edificios y evitar el derroche de energía con tecnología inteligente.
“La sostenibilidad es tan importante o más que tener espacios de trabajo adecuados para sus usuarios. Los clientes tienen objetivos ambiciosos ya fijados y esperan que los proveedores los acompañen y les ayuden a alcanzarlos. La contribución del Facility Management vuelve a ser muy importante aquí, al implementar las mejores prácticas en los espacios de los clientes.”
- Rui Gomes, ISS Facilities Portugal
Gran parte del problema es que muchos edificios tienen una construcción antigua con una envolvente térmica deficiente. Esto los hace vulnerables a la temperatura exterior. En invierno es difícil mantener los espacios calientes, y en verano es difícil mantenerlos frescos. De promedio, el sistema de climatización representa el 40% de la energía utilizada.
Por eso, en los edificios antiguos, el ahorro de energía pasa inevitablemente por la rehabilitación, junto con la aplicación de nuevas tecnologías. Singapur, por ejemplo, ya ha renovado el 49% de sus edificios para hacerlos más “verdes” y quiere llegar al 80% en 2030. En Europa, la “ola de renovación” debería tener el mismo marco temporal.
Con un sistema de climatización inteligente, se puede optimizar la calefacción/refrigeración del edificio en función de la ocupación de las habitaciones (medida con sensores) y la temperatura (medida con termostatos inteligentes).
Un sistema desarrollado en la Universidad de Boston, por ejemplo, utiliza sensores en puertas y techos, así como cámaras de ojo de pez para calcular la ocupación y regular automáticamente el sistema de climatización.
Los sistemas adaptativos, que se ajustan con el tiempo, pueden suponer un ahorro aún mayor de energía y dinero. Un estudio de la Universidad de Aveiro concluye que con estas soluciones se puede conseguir una reducción de costes del 27% y proporcionar más comodidad a los ocupantes.
Ahora que la mayoría de la gente va a adoptar un sistema de trabajo híbrido, muchas empresas quieren reducir sus espacios físicos. Pero eso nos obliga a optimizar el espacio y minimizar la frustración de los ocupantes.
Por eso los sensores de ocupación son una ventaja para el trabajo de Facility Management después de COVID. Comprender los patrones de ocupación nos permite optimizar los horarios y la disposición de las salas, por ejemplo.
Además, como ya hemos mencionado, pueden ser útiles para optimizar los ajustes del sistema de climatización, la iluminación e incluso la frecuencia de limpieza. Se calcula que los sensores de ocupación reducen el derroche de energía en un 68% y suponen un ahorro de hasta el 60%.
Según el Departamento de Energía de EE.UU., el 75% de las persianas permanecen en la misma posición todo el día. Pero en las ventanas orientadas al oeste, las coberturas y los tratamientos de las ventanas pueden evitar el 77% de la ganancia de calor.
Por eso, los sensores de temperatura y los temporizadores de las ventanas motorizadas son también valiosas tecnologías inteligentes para ahorrar energía en climatización. Por ejemplo, se pueden cerrar las persianas en las horas más calurosas del verano.
Pero el potencial de las ventanas inteligentes aún está por explorar. El sistema desarrollado por ECOSTEEL y el Centro de Nanotecnología y Materiales Técnicos, Funcionales e Inteligentes, por ejemplo, se calienta automáticamente para evitar la congelación del agua en los canales de desagüe, además de mejorar la calidad del aire interior.
Además del derroche de energía, también es importante evitar el derroche de agua. Un sencillo sistema de telemetría en cada sección del edificio y la comparación de los valores por la mañana y por la noche permiten detectar fugas.
Utilizar sensores de humedad para programar el riego de jardines y zonas verdes es otra opción interesante para hoteles, campos de golf o de fútbol, por ejemplo.
Aunque es una opción menos “inteligente”, cada vez hay más equipos “recicladores de aguas grises” en el mercado para que, mediante procesos químicos y biológicos, se puedan reutilizar las aguas residuales en una red secundaria de agua. Conviene recordar que en edificios nuevos o renovados también se puede instalar una red de aguas residuales.
Finalmente, aunque ya no se trata de una tecnología nueva, las lámparas que se encienden y apagan mediante sensores de movimiento siguen siendo una forma estupenda de ahorrar electricidad en edificios industriales o de oficinas.
Los sensores de luminosidad para ajustar el brillo de las bombillas (por ejemplo, reducirlo cuando hay luz natural o aumentarlo cuando hay niebla) son también otra tecnología inteligente muy prometedora para el alumbrado público.
Un estudio de Gartner sugiere que los sistemas de iluminación LED inteligentes pueden reducir los costes energéticos hasta un 90% en edificios de oficinas. La ciudad de Barcelona ha conseguido reducir el 30% de sus costes de alumbrado público con luces LED inteligentes.
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